Recién llegado a la escena de los restaurantes de la CDMX, Makan (literalmente "comer" en indonesio) es un soplo de aire fresco. Desde su apertura, hace unas semanas, el nombre surge regularmente en las conversaciones entre iniciados o amigos, entre habitantes de la Roma, siempre acompañado de mil superlativos y elogios. Entonces, ¿qué tiene esta nueva mesa que hace que los ojos de cada uno de sus clientes se emocionen y vibren tanto?
Sin escaparate ni distintivo aparente, Makan se esconde en un patio, entre un supermercado de Healthy Good Food (Yema) y una pastelería, que se anuncia simplemente como "mexicana". Una vez abierta la puerta, el lugar ofrece un patio tranquilo, aislado del mundo, y sobre todo muy bello. Nada de lujosos brillos, nada de decoraciones extravagantes, sino simplemente una mezcla de asfalto y plantas, muchas, muchas plantas, algunas mesas de jardín de varios colores y una apertura en la parte cubierta, que alberga una micrococina, una gran mesa redonda de concreto pulido y un bar donde los dueños del lugar, Maryann Yong y Mario Malvaez, dan la bienvenida. Con grandes sonrisas (aunque ocultas por sus máscaras) y energías hiper benevolentes, los dos chefs, una singapurense y el otro mexicano, invitan a entrar y descubrir su mundo y su nuevo bebé. El ambiente es relajado, lo desconocido se convierte rápidamente en familiar.
Una vez instalados, la carta, cambiante según las llegadas de productos y los antojos de los cocineros, ofrece una breve y bien elaborada paleta de platos con tonos exóticos y todos tan tentadores como los demás en tres partes: entrada / a la parilla / principales.
Primero viene el achar, de color naranja intenso, que contrasta con el azul de un plato de cerámica. Las verduras y la fruta son muy crujientes y perfectamente picantes, todo ello suavizado por las semillas de sésamo y el dulzor de la piña. Le sigue el intrigante "Otak-Otak": mousse de pescado cocinado en una hoja de plátano, "a la parilla". Picante, perfectamente equilibrada, la mousse salina se deshace en la boca, ultra reconfortante gracias a la grasa de coco, presente pero no demasiado. El conjunto se refresca con una ensalada con notas muy vegetales. Una impresión de perfección en la boca, que da paso a una intensa emoción. Una sopa de lechuga braseada en un caldo con una profundidad increíble, en contraste con la pasividad de la verdura , viene a restablecer el paladar, en neutro, antes del postre. Ese día, la fabulosa pavlova con agua de rosa, frambuesas y unas frescas notas ácidas aportadas por la fruta de la pasión y las delicadas hojas de estragón. Una vez más, el equilibrio explota en la boca: dulce pero sin vulgaridad, profundo en sus sabores y texturas.
En cuanto a la bebida, una breve lista de vinos vivos y sidras francesas de Pompette, así como algunos cócteles y mezcal.
Makan es sin duda, más que la apertura sensacional del momento, un restaurante a seguir muy, muy de cerca, ya que el talento de sus dos creadores se palpa tanto en sus platos como en su calidez, visiones y acogida. Sin duda una de las mejores mesas de la capital en 2021.
Noémie Lafon
Makan - Calle Querétaro 11, Roma Norte, CDMX
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