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Adriana Cadena

Nadia Albertini, una bordadora en Paris

Actualizado: 22 nov 2021





Nadia es franco mexicana, de papa francés originario de Córcega y mama mexicana con raíces españolas.


Nace en la Ciudad de México en 1985 en donde crece con su abuela y su mama principalmente. Fue su abuela con quien aprendió a bordar y a comer. Aunque su abuela no era bordadora profesional, cada domingo le compraba su kit de bordado y se pasaban muchas tardes en esa labor.


Poco a poco, Nadia se va interesando mas en el textil, el color, la moda, a hacer cosas con las manos, artesanías. Al terminar el liceo francés, a los 18 años, Nadia parte a Francia a estudiar a la Escuela Nacional de Artes Aplicadas en París, en la que se especializa en moda, textil y todo lo que tiene que ver con una tela. Ahí estudio 4 años en los cuales se concentró en bordado para moda.








Desde estudiante, Nadia ya empezaba a abrirse camino en las casas de moda. Su stage fue con Chloé ayudando al departamento de bordado. Ahí paso 2 años pero cada vez que tenía oportunidad regresaba a trabajar encantada con lo que se hacía ahí. Fue en Chloe donde Nadia confirmo su pasión y en donde se hacían bordados dimensionales , originales, toda una mezcla de ideas nuevas y tradicionales.


“Un bordado siempre es hilo y aguja sobre tela, este es el principio de un bordado y son las bases fundadoras, pero puedes poner diferentes materiales, desde un plástico plegado, un botón, este mismo lo puedes recubrir con una tela que pintaste , al final es una construcción , y tienes tantas posibilidades y tantas versiones que es un mundo. “ – Nadia


Cada bordado que ha hecho en su vida, desde el primero hasta el ultimo, le ha enseñado algo ya que no hay una sola manera de hacer las cosas, es un mundo muy vasto.


Una de las diseñadoras con las que había trabajado le ofrece trabajo en Chanel de asistente en el taller de plumas y flores donde aprende nuevas técnicas y maneras de trabajar.




“Cuando trabajas en una casa de moda, haces 8 colecciones al año aproximadamente así que ya después de la 15va ya conoces el sistema: buscar ideas, hacer muestras e intentar nuevas opciones, las cuales se validan y se producen terminando en el desfile y la presentación”-





Después de 5 años Nadia empieza a trabajar de manera independiente, en otros talleres, mucho en los Estados Unidos con el diseñador Jason Wu. Viajaba mucho a la India, ya que muchas casas trabajan con talleres en ese país. Recuerda que la primera vez fue 24 horas, a recoger el vestido que Sofía Coppola usó durante un Festival de Cannes para una película.


India le encanta, por las similitudes con México: los colores, los olores, la gente, lo caluroso, la sonrisa, los contrastes.

Ella suele viajar a la India 4 o 5 veces al año a checar producciones, a trabajar con los talleres. Trabaja mejor con ellos de manera presencial, ya que en vez de sacar 10 muestras en una semana puede sacar 50 debido a que puede explicar mejor las ideas estando ahí. El ir a ver los talleres es también parte integral de su trabajo. Buscar nuevos materiales, nuevas maneras de hacer las cosas. No todo se puede hacer por internet ni paquetería, esto es mas real. Para ella es un gran placer ya que siempre se pueden crear mas cosas tratando de unir los dos países para enriquecer el trabajo.


En estos momentos, Nadia está orientada hacia la decoración. Quiere llevar todo el trabajo que ha hecho para costura y para moda a que más gente tenga acceso a verlo. Un vestido, te lo puedes poner, gozar, es una pieza que vas a conservar y cuidar siempre, aunque es solo para el goce de unas cuantas personas, en cambio, un bordado en un muro, en una sala, o en un corredor, puede ser apreciado por más gente al hacerlo mas accesible, es una manera de democratizar el acceso a este arte.


Su lado mexicano siempre la acompaña, aunque no necesariamente en su estilo de bordar, sino muestra la manera que tiene de trabajar con la gente, en la organización y en su trabajo en equipo, en como los alienta y los hace creer en los proyectos en que se trabajan. Para ella es de suma importancia darle confianza a la gente y de manera recíproca, recibirla. Dos mentes piensan mejor que una.


Desde hace varios años tiene su propia compañía en la cual hace consulting para varias empresas. En su haber, ha trabajado para varias marcas de moda, marcas de bolsas y accesorios y ahora en el rubro restaurantero.


La mitad del tiempo trabaja en el taller parisino de bordado más antiguo de Francia. Son 150 años de historia. Este taller ha pertenecido a la misma familia desde el inicio, 1873. Su labor es ocuparse de la parte histórica y patrimonial para poder salvar los archivos (mas de 25000 muestras físicas), las telas bordadas desde su inicio las cuales hay que organizar, , fotografiar, catalogar, por lo que pasa la mitad de la semana en el sótano sacando fotos, archivando en la computadora para que todos esos años de historia no se pierdan y en donde contribuye a algo mas grande, puro e histórico.



La Cocina su otra gran pasión


Nadia tiene una pasión por comer, ama cocinar y le fascina ir al mercado.


“Soy muy mexicana en ese sentido. No solo es el sabor del jitomate, es su color, su textura. Una buena comida, es una comida en familia.”


Se encuentra trabajando en un proyecto de tortilleros bordados para un amigo en donde conjunta sus dos pasiones, la comida y el bordado.


Comparando con la cocina, el bordar es como una receta y dentro de esta receta, puedes poner tu twist. Estas son las bases, estos son los colores y estas son las formas y dentro de estos parámetros tu puedes hacer tu receta.


La incursión de Nadia en el mundo gastronómico es por la puerta grande, con chef Alain Passard en su restaurante L´Arpège.

Ella había pensado proponer bordar los manteles , pero se dio cuenta que los bordados no aguantarían las altas temperaturas que se usan para lavarlos por lo que el chef le pide bordar otra cosa, su muro.


EL trabajo ha tardado dos años debido al COVID. Es un bordado de 40 metros cuadrados pintado a mano por Katrine Soeffers , quien pinta el motivo como paisaje, y Nadia personalmente es la que ha bordado , encima de esa pintura, para darle dimensión, textura y a las cosas.


8000 horas de bordado a mano, 200 horas por metro cuadrado y 6 meses de pintura, , hecho a la medida para este Restaurante, según lo que el chef quería, colores y motivos. Ha sido un trabajo que ha implicado un reto, mucho trabajo ya que se estudia el lugar para conocerlo bien, los platos e ingredientes para poder transcribir el ambiente, sus colores, su esencia creando un ambiente nuevo sin que este haga competencia al mismo restaurante. Fue pensar en un nuevo espacio ya que el chef y el personal lo vivirán por muchas horas.



“Yo no hago las cosas sola, siempre hay equipos detrás de mi y gente que me ayuda. Muchísima gente me ha ayudado y apoyado y he aprendido de ellos. Siempre hay que acordarse de ello, eres la suma de todas estas personas que vienen contigo, empezando por mi abuela. Todas las mañanas le agradezco que me haya enseñado a bordar, que hayamos ido por estas servilletas al tianguis para que yo pudiera aprender.”






¿Que es lo que más disfrutas cuando bordas?


El relajarme, es una especie de meditación, de terapia. Me hace estar presente en el momento poniendo atención a lo que estoy haciendo. Estoy concentrada en una sola cosa y esto se me hace sentir increíble sobre todo en estos tiempos que estamos con el zoom, el whats, el internet, el mail.

Es una relación entre mano /mano, cerebro ojo/ojo. Mientras el cerebro piensa, la mano esta haciendo y el ojo revisa por si hay que hacer un ajuste.






¿Que esperamos de Nadia en un futuro cercano?


Publicar un libro sobre el cual trabaje durante 4 años, es la historia de unos de los mas grandes bordadores parisinos del siglo 20, que se publicara en septiembre y estoy preparando mi segundo libro acerca de las bordadoras rusas de Chanel en los años 20´s. La historia de una princesa rusa que trabajaba los bordados de Chanel. Es una gran historia.


Nadia se encuentra ahora estudiando horticultura, porque quiere desarrollar una línea (muy a futuro) de plantas con las cuales se tiñen, como la cochinilla, el azafrán para poder hacer una marca de hilos de bordar con tinturas naturales.


Admiro la fuerza, tenacidad y determinación de Nadia, le enoja de sobre manera que una mujer no pueda decidir lo que quiere ser. Ella tuvo la gran suerte de hacer lo que siempre quiso, ha tenido la libertad de elegir lo que quiere o no hacer.

Le duele ver que aun hay muchas mujeres de países diferentes que no pueden tener esta libertad.

En Francia, todas las personas que bordan son mujeres, únicamente mujeres. En India son solo hombres. Es una tradición persa musulmana, donde los hombres bordaban, y por esa parte musulmana, a las mujeres no se les permite bordar y trabajar en este ámbito. Pueden hacerlo en su casa, para sus hijos y su hogar, pero no a nivel profesional.


“Creo en el poder de ayudarnos las unas a las otras, de apoyarnos entre mujeres , creo en la equidad de género“.



Nadia Albertini

@nadia_embroidery






















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